Seminario Lectura de S. Freud (2016).
Lunes 30 de mayo de 2016
Conferencias de introducción al psicoanálisis (1915-1916)
Sigmund Freud.
7ª conferencia. Contenido manifiesto del sueño y pensamientos oníricos latentes.
A cargo de Alejandro Pignato
Como ya venimos haciéndolo a lo largo de estos encuentros vamos a insistir en situarnos en el contexto en cual Freud pronuncia esta serie de conferencias. Los siglos XIX y XX han sido aquellos durante los cuales la ciencia avanzó de manera significativa: mucho más de lo que lo había hecho en siglos anteriores. En ese contexto Freud es uno de los precursores de la investigación y también uno de los más cuestionados ya que sus propuestas no son bien recibidas por la comunidad científica (como no lo son tampoco en la actualidad).
En numerosas ocasiones hemos escuchado en los medios psicoanalíticos, que hay 3 grandes hallazgos freudianos a destacar:
-El inconsciente: antes de Freud lo inconsciente no tenía visibilidad que tiene ahora. La propuesta freudiana sobre el lugar del inconsciente en la vida de un sujeto revoluciona el pensamiento científico (y hasta diríamos el filosófico).
-La sexualidad infantil: antes de Freud se pensaba que la sexualidad emergía con la llegada de la pubertad y que eran efectos de los cambios hormonales de esa etapa. Freud nos viene a decir que existen manifestaciones de la sexualidad aún en épocas muy tempranas.
-La bisexualidad en el ser humano: es decir que Freud nos propone que en todos hay aspectos heterosexuales y aspectos homosexuales.
Es interesante destacar que estos tres puntos que acabamos de citar sorprendieron y escandalizaron a mucha gente de esa época. Y lo significativo es que aún hoy, siguen escandalizando a muchos.
Freud es consciente de ello y además de su trabajo como psicoanalista y como investigador, intenta difundir su teoría. Lo hace ante un público incrédulo y reacio a aceptar sus propuestas. Podríamos pensar que esta posición reacia se debe a que las propuestas freudianas nos involucran a todos (incluidos los incrédulos). Lo significativo es que después de más de 100 años de psicoanálisis aún encontramos gente incrédula y reacia.
Hemos abordado en encuentros anteriores el tema de los actos fallidos y ahora nos estamos ocupando del sueño. Tanto los actos fallidos como el sueño, como ya se ha dicho antes forman parte de las “formaciones del inconsciente”. Cuando decimos “formaciones” no sólo estamos haciendo referencia al lugar donde se crean sino también a que son los medios por los cuales el inconsciente se manifiesta. Entonces, tenemos que hay formaciones del inconsciente (es decir que se forman en el inconsciente) pero que se manifiestan en la vida consciente. En la sexta conferencia cuando Freud afirma que el sueño es un fenómeno psíquico dice: “… es una operación y una manifestación del soñante”. Pero esta manifestación es aparentemente ingenua e incomprensible. Implica entonces una tarea de desciframiento e interpretación. Hemos utilizado el adverbio “aparentemente” porque en el fondo, refiriéndonos al sueño, el que sueña sabe acerca de su significado, pero como nos dice Freud en esa conferencia: “Yo les digo, en efecto, que es muy posible, y aun muy probable, que el soñante a pesar de todo sepa lo que su sueño significa, sólo que no sabe que lo sabe y por eso cree que no lo sabe.”
Este concepto es esencial en psicoanálisis: hay un saber inconsciente no sabido, pero, paradójicamente, sabido.
Y en esta conferencia Freud propone a su auditorio introducir un cambio, dice él, en la nomenclatura: en lugar de llamar “oculto”, “inaccesible”, “(no) genuino”; digamos “inaccesible a la conciencia del soñante” o “inconsciente”. Entonces la pregunta que podríamos hacernos es: ¿cómo llegar, cómo acceder a aquello que es inaccesible a la consciencia? Estamos planteando: ¿cómo hacer consciente lo inconsciente? Tendremos que pensar en las ocurrencias. En las ocurrencias que el soñante tiene con respecto a ese sueño. Y Freud, en la sexta conferencia nos dice: “cualquier ocurrencia, no importa cual”. Puede que el soñante no tenga ninguna ocurrencia, habrá entonces que contradecirlo y pedirle que haga un esfuerzo, que la comunique por más absurda que le parezca. Hemos utilizado “pedirle” aunque Freud (al menos en la traducción de Etcheverry) utiliza la palabra “exhortar”.
En estas conferencias Freud, no se limita a presentar su teoría acerca de la interpretación de los sueños; también está introduciendo la noción de inconsciente y concepto de “asociación libre”. Es decir conceptos fundamentales del psicoanálisis y su método. Hay algo oculto, inconsciente y “la técnica -dice Freud- consiste en hacer que emerjan, por asociación libre sobre estos elementos, otras formaciones sustitutivas”.
Las ocurrencias que sobrevienen por el método de la asociación libre, dice Freud, no son arbitrarias ni indeterminadas, no están desconectadas de los que nosotros buscamos. Y el método que nos propone es que el soñante “se abandone a la asociación libre reteniendo una representación de partida”. Es cierto que hay un ligero matiz en el carácter de “libre” en las asociaciones ya que si sostenemos que vamos a retener la representación de partida, la libertad de asociación es relativa.
Pero no se trata de acumular una serie de pensamientos aislados que surgen del relato del sueño: existe una ligazón, un vínculo entre la representación de partida y las asociaciones posteriores pero también hay una segunda dependencia, dice Freud, con los círculos de pensamiento y de interés de alto contenido afectivo, vale decir, de complejos, cuya participación no es conocida en el momento y es, por ende, inconsciente.
Tenemos que tener en cuenta que estas conferencias fueron dictadas entre 1915 y 1916, es decir que aún no había sido elaborada totalmente la segunda tópica: ello, yo y superyó. Por lo cual estamos pensando en la primera teoría freudiana: consciente, preconsciente e inconsciente. Justamente en “La interpretación de los sueños” ; en el capítulo VII es donde Freud teoriza la primera tópica.
Para interpretar un sueño Freud nos propone tres reglas:
1.- “No hacer caso de lo que el sueño parece querer decir, sea comprensible o absurdo, claro o confuso, pues nunca será eso lo inconsciente que buscamos.” Aquí podemos señalar el hecho de que lo inconsciente no es lo evidente o lo que el sueño parece querer decir. En este punto, lo que estamos haciendo es cuestionando esta “aparente” ingenuidad del sueño. Desconfíen de lo que entienden, diría Lacan.
2.- “Limitar el trabajo a evocar, para cada elemento, las representaciones sustitutivas, sin reflexionar sobre ellas.” Y agrega que no tiene que importar “cuan lejos nos lleve el elemento onírico”. Es importante destacar el carácter de “sustitutivo” de las representaciones oníricas.
3.- “Esperar hasta que lo inconsciente se instale por sí solo”. Y en este punto nos resulta interesante señalar que al proponer esto Freud se está distanciando de prácticas persuasivas o sugestivas que tienden a convencer al sujeto de algo. Citamos una nota a pie de página del historial “El hombre de las ratas” de 1909: “Producir un convencimiento nunca es el propósito de tales discusiones. Sólo están destinadas a introducir en la conciencia los complejos reprimidos, a avivar la lucha en torno de ellos sobre el terreno de la actividad anímica inconsciente y a facilitar la emergencia de material nuevo desde lo inconsciente. El convencimiento sólo sobreviene después que el enfermo ha reelaborado el material readquirido, y mientras sea oscilante corresponde considerar que no ha sido agotado”.
Luego Freud hace un paralelo entre la interpretación de los sueños propios y los sueños ajenos. Los mismos reparos que podríamos tener con respecto a los sueños propios, podrán aparecer en la interpretación de los sueños ajenos. Lo que puede surgir a partir de las ocurrencias del relato del sueño son estas objeciones:
-No, esto no viene al caso, no corresponde aquí.
-Es demasiado disparatada.
-Es algo sin importancia alguna.
Pero agrega una objeción importante, en los sueños propios y que cobra mayor importancia en el caso en que uno interpreta el sueño de otro: “No, esta ocurrencia es demasiado desagradable, no quiero o no puedo comunicarla”. ¿Por qué es importante esto? Porque le permite a Freud introducir uno de los conceptos más importantes en psicoanálisis: la resistencia.
Las resistencias serían entonces, las objeciones e impedimentos que el sujeto presenta para oponerse al acceso de lo inconsciente. Trabajar sobre el concepto de resistencia nos llevaría mucho tiempo, pero podríamos afirmar que las resistencias se presentan como modalidades defensivas del sujeto.
Vemos también que la propuesta de Freud es trabajar a través de las resistencias, aprovechar estas experiencias, dice, a fin de aprender de ellas algo nuevo.
Las objeciones críticas con respecto a lo que se le ocurre al soñante, son las resistencias. Freud nos dice que estas objeciones “nunca tienen razón”, por el contrario, “se revelan como las más importantes, las decisivas para descubrir lo inconsciente”. Si hay algo que el sujeto quiere ocultar es porque es algo importante.
En La Interpretación de los Sueños, Freud sostiene que ha aplicado el mismo método para analizar los sueños que para investigar un síntoma, es decir, toma al sueño como un síntoma. Dice: “Mis pacientes, a quienes yo había comprometido a comunicarme todas las ocurrencias y pensamientos que acudiesen a ellos sobre un tema determinado, me contaron sus sueños y así me enseñaron que un sueño puede insertarse en el encadenamiento psíquico que ha de perseguirse retrocediendo en el recuerdo a partir de una idea patológica. Ello me sugirió tratar al sueño mismo como un síntoma y aplicarle el método de interpretación elaborado para los síntomas”.
El trabajo de la interpretación de los sueños, al igual que con el tratamiento de las neurosis, se topará, entonces con una resistencia. Y como dice Freud en esta conferencia, por regla general, tropezamos con resistencias cuando desde ese sustituto que constituye el elemento onírico queremos avanzar hasta su inconsciente oculto. Y lo que es interesante destacar es la cualidad de dinamismo de la resistencia. Es decir, la resistencia no es algo fijo que se va a dar siempre de la misma manera. Va a depender de lo cerca o lejos que esté de lo inconsciente. Entonces, cuanto mayor sea la resistencia y conlleve mayores desfiguraciones habrá mayor distancia entre el sustituto hasta lo inconsciente.
Seguimos viendo que si bien Freud está dando una conferencia sobre la interpretación de los sueños en psicoanálisis también está hablando de conceptos fundamentales:
-hay una manifestación de lo inconsciente
-en esa manifestación hay algo genuino, está oculto -inconsciente- y aparece disfrazado
-el camino para desvelar eso oculto es por la vía de las ocurrencias, o de la “asociación libre”
-hay una resistencia a que eso oculto sea desvelado
Para ilustrar la exposición teórica que hace Freud en esta conferencia presenta un par de ejemplos de sueños a interpretar. Surge entonces la duda en qué tipo de sueños se prestan más para la interpretación: ¿los más complejos o los menos desfigurados? Tal vez tendamos a pensar que los sueños menos complejos son más fáciles de interpretar, pero Freud nos dice que no necesariamente. Propone, en este caso analizar sueños breves (tengamos en cuenta que se trata de una conferencia). Presentará entonces tres sueños lo que le permitirá formular el fundamento teórico que da nombre a esta conferencia: hay dos aspectos en todo sueño, uno es el contenido manifiesto, es decir, el relato del sueño, lo que el soñante cuenta; y el otro son los pensamientos oníricos latentes, lo oculto, lo genuino, lo inconsciente; es decir “aquello a lo cual debemos llegar persiguiendo las ocurrencias”.
Otra cosa que debemos destacar es el lugar que le da Freud al soñante, a diferencia de la interpretación que se hacía antiguamente a los sueños, el lugar más importante no está del lado del que interpreta sino del que sueña, es él quien aporta los datos para la interpretación del sueño.
Con estos tres primeros ejemplos Freud va de lo simple a lo complejo: el primer sueño: el buen Dios tiene bonete puntiagudo sobre la cabeza, que es presentado como simple; el del Paso de Calais, donde la interpretación se hace más compleja y finalmente el de los miembros de una familia alrededor de una mesa. Al final de la conferencia nos presentará el sueño de una mujer que va al teatro, más complejo que los anteriores. No nos detendremos aquí en los sueños pero sí queremos mencionar que Freud recurre a estos ejemplos para señalar la complejidad que puede alcanzar el análisis y la interpretación de un sueño. Pero también podemos ver que Freud no sólo está hablando de esta complejidad en cuanto a lo onírico, lo que está haciendo es exponiendo ante un auditorio incrédulo, la complejidad del aparato psíquico.
Para analizar como se relacionan los contenidos oníricos latentes con el contenido manifiesto, Freud nos propone cuatro formas:
1.- El contenido manifiesto es también un ingrediente de los pensamientos latentes (pero sólo un fragmento de ellos) -ejemplo del bonete-.
2.- Desfiguración por medio de la sustitución por un fragmento o una alusión -Tisch; Tischler-
3.- No una desfiguración sino una figuración -Rundschau; Rundschauer-.
4.- Simbolismo.
En cuanto a la cuarta forma, Freud no la nombra, no la desarrolla en esta conferencia sino que le dedica una conferencia aparte, la décima.
En el primer caso, Freud nos da dos ejemplos: uno, el del bonete (un pequeño fragmento) y el del Paso de Calais (una alusión al canal que es la ocurrencia de la paciente). El bonete y el canal son ingredientes de los pensamientos latentes. Como dice Freud, sólo un pequeño fragmento de los pensamientos latentes ha llegado al contenido manifiesto.
En el segundo caso, la sustitución está dada por la elección de la mesa de forma particular. La desfiguración está dada por el paralelo que establece el paciente en la relación del padre con el hijo de la familia en el sueño y su relación con su padre.
En cuanto al tercer caso, ya no se trata de la desfiguración sino de la figuración, es decir que en el trabajo del sueño lo que sucede es que una serie de pensamientos abstractos pasan a ser imágenes que sirven para ser ocultadas. El ejemplo del soñante que saca al descubierto a una mujer por detrás de la cama es elocuente. Freud parte de la homofonía entre “hervorzieben” (sacar al descubierto) y “vorzieben” (preferir). El pensamiento onírico latente es “prefiero a esta mujer: Ich vorziebe dieser Frau” y está figurado en la imagen de “descubro a esta mujer: Ich hervorziebe diese Frau”.
Al final de la conferencia Freud presenta la interpretación de un sueño completo, la de la mujer que está en el teatro.
Una paciente sueña que está en el teatro con su marido, un sector de la platea está totalmente desocupado. Su marido le cuenta que Elise L. y su prometido también habían querido ir, pero sólo consiguieron malas localidades, 3 por 1 florín y 50 kreuzer, y no pudieron tomarlas. Ella piensa que eso no habría sido una calamidad.
En la conferencia anterior Freud dice que, en las ocurrencias que tiene el paciente, suelen aparecer hechos que sucedieron el día anterior o poco tiempo antes. Justamente su marido le había contado que Elise L. se había comprometido matrimonialmente.
La sala parcialmente vacía también es un acontecimiento real de la semana anterior. Ella tenía miedo de quedarse sin sitio y compró las entradas muy tempranamente.
En cuanto a la cifra de 1 florín y 50 kreuzer, también hay un hecho anterior. Pero no está relacionado con el teatro. A su cuñada su marido le había regalado 150 florines y ella se apresuró y compró una joya. Queda por despejar el número 3, Elise L era tres meses más joven que ella.
Lo que podríamos destacar es como Freud partiendo del contenido manifiesto del sueño puede interpretarlo hasta llegar a su sentido.
Freud nos llama la atención en un concepto que no está presente en el contenido latente pero que es recurrente: tempranamente, apresuramiento, demasiado temprano. Es interesante señalar que estas conferencias son de “introducción” al psicoanálisis pero, como venimos viendo a lo largo de esta exposición Freud está hablando de más cosas que del contenido manifiesto y de los pensamientos oníricos latentes. También nos está señalando otro elemento esencial del psicoanálisis: la atención flotante (que es del lado del analista). En ese relato (el del contenido manifiesto) y en las asociaciones que la paciente produce, Freud utiliza la atención flotante que le permite “colegir” (término muy utilizado en la traducción de Etcheverry) cuáles son los pensamientos oníricos latentes que aparecen en este sueño.
¿Cuál sería el contenido latente de este sueño? ¿Qué sería lo genuino de este sueño? La afirmación que Freud presenta entre signos de exclamación: “Fue un disparate de mi parte apurarme así con el casamiento! Por el ejemplo de Elise veo que aun más tarde habría conseguido marido”.
Más adelante, en la conferencia 14 (El cumplimiento de deseo) Freud se extiende más sobre este caso. No nos detendremos en esta parte del análisis del sueño porque nos estaríamos adelantando ya que llega a ella luego de haber trabajado conceptos como “simbolismo en el sueño” y “censura onírica”. Pero sí podemos señalar que en este sueño aparecen dos mujeres más: Elise L. y su cuñada. En la conferencia 14 Freud habla de una insatisfacción de esta paciente: “Nuestra soñante nunca estuvo tan insatisfecha con su temprano matrimonio como el día en que recibió la noticia de los esponsales de su amiga”. Probablemente (o seguramente) se trataba de una paciente histérica. También es importante señalar que todas las interpretaciones que hace Freud en cuanto a la dote, a las “100 veces”, están hechas a partir de las asociaciones de la paciente.
En esta conferencia vemos que Freud:
-Señala la existencia de un contenido inconsciente en el sueño.
-Distingue entre contenido manifiesto y pensamientos oníricos latentes.
-Señala la existencia de resistencias.
-Como lo viene haciendo desde la conferencia anterior, propone el método de asociación libre para indagar acerca de los contenidos oníricos latentes.
-Del análisis de sueños presentados en la conferencia podemos inferir la técnica de atención flotante que Freud utiliza.
-Establece vínculos entre los pensamientos oníricos latentes y el contenido manifiesto.
-Ejemplifica a través del análisis de sueños de sus pacientes y su interpretación.
Hace pocas semanas, los medios se hicieron eco del aniversario del nacimiento de Freud, el 6 de mayo. Queremos citar un artículo publicado en El País de ese día. El artículo es modesto, a nuestro entender, pero quisiéramos citar un párrafo. El artículo se llama: “Freud, el hombre que quiso dar significado a nuestros sueños”. Dice el periodista, “Pese a lo cuestionado que fue por algunos compañeros, la influencia de Sigmund Freud en la filosofía, la política, el lenguaje y el arte del siglo XX es incuestionable. Sin él no podríamos entender la obra de artistas como André Breton, o Dalí. Y cineastas como Buñuel, Hitchcock o Woody Allen, que con su cine ha modelado la imagen que tenemos del psicoanálisis: un hombre contándole su vida a su terapeuta desde el confort de un diván.”
La Interpretación de los Sueños fue publicada entre 1901 y 1902. En el apéndice que agrega en 1909, Freud se queja de que su trabajo no es citado ni considerado en la mayoría de las publicaciones aparecidas después de su publicación. Pero en el apéndice de 1914 se rectifica ya que según expresa: su contribución a la interpretación de los sueños ya no es descuidada en la literatura. Pero estas conferencias fueron dictadas entre 1915 y 1916, época muy convulsionada por los avatares de la guerra; y nos parece significativo porque justamente en 1916 de la mano de un grupo de intelectuales afincados en Suiza surge el movimiento “Dada”. Movimiento antecesor del surrealismo.
¿Y cómo podemos relacionar el psicoanálisis con el surrealismo? Siguiendo a Mario De Micheli en “Las vanguardias artísticas del siglo XX”, el problema de la libertad es el problema fundamental del surrealismo. Pero presenta dos facetas: la de la libertad social y la de la libertad individual. Dos son los pensadores que influirán decisivamente en este movimiento: Marx y Freud. Según De Micheli, el surrealismo ha atribuido una particular importancia a la psicología del proceso del sueño, tal como Freud la ha explicado. Freud aportó algunas armas insustituibles con sus estudios particulares sobre la psicología del sueño, y de modo más general, con todas sus exploraciones en la vida de lo inconsciente. Y Breton en el Primer Manifiesto, rinde un homenaje explícito al fundador del psicoanálisis: “Gracias a él, la imaginación acaso esté a punto de reconquistar sus derechos”. El sueño, dice De Micheli, representa en nuestra vida una porción de tiempo no inferior acaso a la de la vigilia. Es por tanto, una parte esencial de nuestra existencia. En el sueño el hombre se satisface plenamente con todo lo que le sucede. ¿Por qué, pues no será posible hallar un punto de encuentro de esos dos estados, sueño y vigilia, aparentemente contradictorios, en el que ambos se resuelvan dando lugar a una especie de realidad absoluta, de surrealidad?
A diferencia del dadaismo que surge como un movimiento “anti” -podríamos pensar que eran los anarquistas de la época- el surrealismo apunta a una posición de investigación, de conocimiento. Podríamos pensar en la oposición que hay entre la propuesta de Tzara (precursor del dadaísmo) para hacer un poema (recortar las palabras de un artículo de un periódico, meterlas en una bolsa, sacudir y sacar una a una las palabras y haremos un poema) y la propuesta surrealista del automatismo: escriba todo lo que se le ocurra y no se detenga. ¿No nos hace pensar esto en la técnica de la asociación libre?.
Freud revoluciona el pensamiento a tal punto que ya no se lo recuerda como médico sino como pensador. Un pensador particular ya que sus ideas han cuestionado el pensamiento filosófico, la psicopatología… y si hilamos fino… los mecanismos de poder.
Bibliografía
Sigmund Freud, “Obras Completas, libro XV”; Amorrortu Editores; Buenos Aires 1976.
Sigmund Freud, “Obras Completas, libros IV y V”; Amorrortu Editores; Buenos Aires 1976.
Sigmund Freud, “Obras Completas, libro X”; Amorrortu Editores; Buenos Aires 1976.
Mario De Micheli, “Las vanguardias artísticas del siglo XX”; Alianza Editorial, Madrid 1993.
Diario “El País”, “Sigmund Freud, el hombre que quiso dar significado a nuestros sueños”, artículo publicado el 6 de mayo de 2016.