¿Psicoterapia online? Y… ¿psicoanálisis online también?

En estos momentos de confinamiento, debido a la crisis del coronavirus, vemos aparecer en la televisión, en los diarios, en las redes sociales numerosos anuncios y noticias vinculados a la terapia online.  Es cierto que permanecer en confinamiento genera situaciones de estrés y puede llevar a un estado de ansiedad.  Estrés y ansiedad, terminología psicológica que implica como contrapropuesta distintas estrategias o consejos para poder sobrellevar o superar ese estado emocional.  “Ayuda psicológica”.  Aparecen teléfonos para que un psicólogo nos ayude a gestionar la ansiedad producida por la situación de confinamiento.  También hay propuestas que apuntan a ayudar a que las personas que han perdido a un familiar puedan llevar de la mejor manera posible un duelo.  Y hay otras, destinadas a asistir al personal sanitario que está en un estado de estrés constante y desbordado por la impotencia que implica un trabajo bajo presión y con situaciones muy complejas.

Se ofrece asistencia (ya sea telefónica o por alguna plataforma “online”).  Pero seguimos moviéndonos en el registro de la ayuda o de la asistencia.  Lo que sí podríamos pensar como un paso positivo es que lo “psi” está teniendo relevancia, está teniendo valor.  Las plataformas asistenciales hacen las veces de contención para aquellas personas que llevan mal la situación actual, ya sea por su profesión (personal sanitario) o por las pérdidas que pudieran sufrir.  Pero… ¿estamos hablando de un tratamiento o de una instancia de contención y de asistencia?

Tal vez estemos hablando de un recurso puntual, de contención de una situación imprevista que nos desborda.  A partir de aquí, podríamos plantearnos si es posible hacer terapia “online”…. y si vamos un poco más allá (es nuestra intención) si podemos hacer un psicoanálisis on line.

Si nos atenemos a la publicidad, viendo las propuestas que van surgiendo, podríamos pensar que sí; que es posible una asistencia psicológica online.

En cuanto al psicoanálisis… puede ser que encontremos más resistencias,  y no precisamente de los que demandan un análisis… sino de los psicoanalistas.

Desde el psicoanálisis hablamos del dispositivo analítico.  Resulta extraño acudir a la consulta de un psicoanalista que no tenga un diván.   Pero no siempre es posible poner un diván en una consulta… a veces recurrimos a una chaise longue.  Lo importante en esa puesta en escena es que el paciente no vea al analista para no estar pendiente de su mirada… y prestar más atención a la escucha.  Hay muchos argumentos a favor del uso del diván que no abordaremos aquí.

Queremos más bien, reflexionar sobre la posibilidad de llevar un análisis e incluso de empezar un tratamiento por medios telemáticos.  Este tema llevaría (y seguramente llevará) a discusiones teóricas muy interesantes.  En todo caso, la herramienta fundamental de trabajo para un análisis es la palabra.  Y la palabra también se manifiesta y se transmite por medios telemáticos.  Esto abre la reflexión a otro tipo de escenario que será interesante transitar.  La palabra no necesariamente tiene que ser pronunciada de manera presencial.  Desde hace ya muchos años, hay casos de gente que se analizaba en Buenos Aires, por ejemplo y al trasladarse a España (o a otro país)  continuaba su análisis ya sea por teléfono o por skype.

Tal vez deberíamos pensar qué hubiera pasado si Freud hubiese contado con la posibilidad de atender a pacientes por skype.  Es muy probable que habría tenido pacientes online.  Sabemos, por las biografías de Freud que se han publicado, que había gente que se mudaba a Viena durante unos meses, para poder psicoanalizarse con Freud.

Creemos que sí, es posible adaptarnos a la nueva situación que implicará una especie de “acomodamiento” al soporte telemático.  Como toda nueva situación, desconocida, habrá momentos que antes no se habían presentado, e incluso tendremos que pensar en esos silencios que muchas veces aparecen en un análisis.  ¿Será realmente un silencio o será un problema de wifi?
A medida que vayamos transitando nuevos escenarios, muy probablemente aparecerán nuevas situaciones que harán que, o bien sigamos interrogando el marco teórico o bien surjan nuevos paradigmas.   De hecho, la llegada de una pandemia de semejantes características, ya configura un nuevo paradigma.